Hacía ya 4 años que atendía a Julio. Venía a fisio para mejorar la movilidad articular, aumentar la fuerza y mejorar la coordinación, tratar las secuelas que había dejado una encefalitis por herpes zoster. A nivel clínico la afectación era principalmente del lado derecho. Él seguía siendo el mismo, carismático, todo un caballero.
Durante una sesión me comentó:
Elena no se si puedas ayudarme, desde que superé la enfermedad he tenido mucha sensibilidad en el pezón derecho. Me molesta el roce de la ropa, es algo que no me impide, pero es bastante molesto.
Después de hacer un repaso rápido, le sugerí que empezara a reeducar la sensibilidad en casa, estimulando la piel de la zona con diferentes texturas y diferentes temperaturas, y haciendo ejercicios estimulando el pezón que notaba normal con el que notaba muchas más. Me comentó que las primeras dos semana se le hizo complicado, además le indiqué hacerlo frente al espejo.
Para nuestra alegría, pasado un mes del tratamiento de estimulación el exceso de sensibilidad se había normalizado ¡Julio no lo podía creer!
Le indiqué ir espaciando los ejercicios de forma progresiva.
Nuestro cerebro no deja de aprender. Hoy se sabe que nuestras neuronas tienen la capacidad de adaptarse y suplir la función de otras. Esto lo conocemos como neuroplasticidad.
Nuestro cerebro recibe información de forma continua por medio de nuestros terminaciones nerviosas y sentidos, en casos como el de Julio, está zona de su cuerpo necesitaba un poco más de estimulación para poder normalizar la información que estaba recibiendo, en clínica lo vemos muchos en las cicatrices post quirúrgicas, No dejamos de aprender.
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